Guillem de Guimerá
Hijo de nobles, ingresó joven en la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén a donde hará una carrera fulgurante. Se manifestó un magnífico gestor al frente de la alcaldía de Amposta y del gobierno del pedido de Villel, ambas tareas encomendadas por Sancho de Aragón. Enfrentó con el rey Pedro el Ceremonioso quien acabó por encarcelarlo, aunque finalmente se reconcilian hasta el punto de que Guillem de Guimerà colaborará con el monarca en la campaña contra Jaime III de Mallorca en el Rosellón. Sus capacidades militares, de gestión y la buena sintonía con el rey, le hacen ser miembro permanente de las Cortes en representación del brazo eclesiástico.
El punto más alto de la carrera política se dio a las Cortes de Monzón de 1376, donde Guimerà se nombrado Presidente de la Diputación del General. A pesar de su buena capacidad militar y de gestión, en este periodo se le reprocha una poca clara gestión económica en favor de la Orden del Hospital. Con todo, su importancia le hizo formar parte de la embajada que visitó el papa Gregorio XI.
Debido a las acusaciones que recibe, presenta su dimisión en las Cortes de Barcelona de 1377 y se concentró en la administración del regimiento del gran priorato de Cataluña. Murió en 1396 en el castillo de Barberà de la Conca, y se generó una disputa que duraría veinte años sobre el reparto de su fortuna entre sus familiares, acreedores y la Orden del Hospital.
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